El chef japonés Shojiro Ochi se consolida al frente de la cocina del Somodó (anteriormente conocido por su mismo nombre, Shojiro) tras dos décadas de existencia como restaurante, aliándose ahora con su amigo y cocinero, Toshi Suzuki. Juntos logran todavía sorprender con una cocina de mercado honesta, de clara influencia japonesa en la ejecución de los platos y en la elección de ciertos ingredientes.
El chef japonés Shojiro Ochi se consolida al frente de la cocina del Somodó (anteriormente conocido por su mismo nombre, Shojiro) tras dos décadas de existencia como restaurante, aliándose ahora con su amigo y cocinero, Toshi Suzuki. Juntos logran todavía sorprender con una cocina de mercado honesta, de clara influencia japonesa en la ejecución de los platos y en la elección de ciertos ingredientes. A pesar de que rehúyen la cocina japonesa popularizada en los últimos tiempos bajo el desprestigiado trío del «sushi-tempura-yakisoba», este dúo de japoneses sigue fiel a sus orígenes, primando el buen producto y ensalzando el sabor de cada ingrediente. El resultado es una cocina de elegante factura, primordialmente mediterránea con guiños a la cocina japonesa.
Somodó ofrece un completo menú del día y, por las noches, sirve un suculento y completo menú degustación, a base de dos entrantes, un primero, dos segundos, pre-postre y postre, por un módico precio de 25€ (bebidas e IVA aparte). El menú varía según mercado y según temporada, por lo que es fácil volver a probar platos nuevos en pocos días. Siguiendo la tradición local, aquí se come con cubiertos, en lugar de palillos, y las comidas se acompañan de pan casero recién horneado, para mojar en los pequeños cuencos de aceite de oliva virgen que se sirven en las mesas.
Tapa de buñuelos de rape con ‘rossinyols’ y hummus de boniato.
Tapa de tartar de bonito ahumado con helado de ajoblanco y huevas de trucha. Cabe recordar que se trata de una pequeña tapa a modo de entrante y la foto tiene bastante zoom. Las huevas de trucha, de tamaño inferior al ikura, os pueden dar una idea de la dimensión.
Ensalada de crudités con sashimi de caballa marinada.
Corvina salvaje a la parrilla con arroz de calamar al miso, tahini y flor de cebolla. Todavía recuerdo los sabores intensos de este espectacular arroz.
Jarret y pierna de cordero asados con puré de coliflor y flor de loto crujiente. Para mí, uno de los mejores platos del menú degustación.
Pre-postre de crema de queso de cabra con mermelada de manzana y melocotón.
Postre de chocolate en tres texturas donde, a modo de «coulant invertido», el chocolate caliente se vierte por encima logrando que se funda la corteza exterior y haciendo que penetre en el núcleo.
Si váis a Somodó, no olvidéis volver aquí a contar vuestra experiencia y, si os ha gustado, podéis recomendar este restaurante a vuestros amigos de Facebook clicando en ‘Me Gusta’.
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Artículo publicado el 20 noviembre 2012. Última actualización el 4 febrero 2020.
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